Uno de los jardines más hermosos de la ciudad. Esa es una frase
común que usan los visitantes para describir a la Hacienda La Trinidad.
Esta edificación colonial que alguna vez fue un centro de cultivo cafetalero,
se convirtió en un parque cultural que también atrae por sus talleres,
exposiciones de pinturas, artesanía, entretenimiento infantil y actividades de
relax al aire libre.
“¿Quién se imaginaría que en el municipio Baruta está
un lugar donde sobra el aire puro y el verdor?”, se pregunta Silvia Vásquez,
administradora de la hacienda, mientras contempla la majestuosidad del Samán,
uno de los árboles centenarios que le da la bienvenida a los visitantes.
En 2005, al espacio ubicado en la urbanización Sorocaima le fue reconocido su valor patrimonial. “Desde entonces, nuestro objetivo es ofrecer una programación principalmente gratuita de martes a domingo, entre las 10 am y 6 pm, que es nuestro horario”, enfatizó Vásquez.
En 2005, al espacio ubicado en la urbanización Sorocaima le fue reconocido su valor patrimonial. “Desde entonces, nuestro objetivo es ofrecer una programación principalmente gratuita de martes a domingo, entre las 10 am y 6 pm, que es nuestro horario”, enfatizó Vásquez.
Modificaciones: Los antiguos secaderos en donde se procesaban las hojas de
tabaco, fueron ocupados por piezas de arte, libros y fotografías. “Ofrecemos un
espacio permanente de artesanía fina que además de ser ornamental también es
utilitaria”, dijo Lucía Lizardo, encargada de Secadero I, una de las paradas
obligatorias en la Hacienda La Trinidad.
“Esto es algo más que una tienda, pues contamos con una sala de
exposiciones en donde le rendimos homenaje a esos artesanos que permanecen en
anonimato en cualquier rincón del país”, explicó Lizardo al tiempo de mostrar
la obra del larense Miguel Mendoza: 50 piezas talladas en madera que reflejan
una suerte de fauna fantástica. “Son bandejas que toman la forma de peces, de cocodrilos,
de aves, en fin, un trabajo que visualmente sorprende y, desde el domingo, está
en exhibición”, recalcó.
La librería Sopa de Letras: es otro punto del centro
cultural. Posee un importante fondo de textos infantiles y también mantiene
actividades recreativas cada fin de semana. “Con el apoyo del grupo La Rana
Encantada, se realizan jornadas de cuentacuentos y otras actividades que
involucran a padres e hijos”, señaló Andreina Melo, encargada.
Arte y conocimiento: En La Trinidad, los
amantes del arte tienen cabida. La
Galería Carmen Araujo se
encarga de montar exposiciones de arte contemporáneo, durante todo el año. Muestras
individuales de artistas consagrados y emergentes que reflejan la evolución en
la creación plástica nacional.
En tanto que la fotografía es otro privilegio que se disfruta en
Baruta. “Cuando la digitalización influye en la producción de muchas imágenes
sin contenido, es necesario que existan talleres para enseñar la esencia de
este arte”, explicó Gabriel Osorio, dueño del espacio que organiza un nuevo
curso desde el 18 de este mes.
El buen comer también está en el menú de La Trinidad. Ahí
funciona una suerte de café gourmet, cuyo pie de limón es una exquisitez.
Fuente: Abrahán Carvajal-Últimas Noticias|http://ow.ly/i3Qer
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